Tus brazos siempre se abrían cuando quería un abrazo.
Tu corazón comprendía cuándo necesitaba una amiga.
Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta una lección.
Tu fuerza y tu amor me guiaron y me dieron alas para volar.
Tus brazos siempre se abrían cuando quería un abrazo.
Tu corazón comprendía cuándo necesitaba una amiga.
Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta una lección.
Tu fuerza y tu amor me guiaron y me dieron alas para volar.
A unos días que llegue Adriana, pero sin duda volveremos a elegirte para sus primeras fotos, mi niña no podría tener otro fotógrafo, el trato , el cariño y con la atención que nos atiendes.
Unas fotografías preciosas. Gracias.
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